El pimiento llega a España de la mano de Cristóbal Colón que, junto con otros frutos, se lo ofrece a los Reyes Católicos en el Monasterio de Guadalupe. Los monjes, a la vista de de sus bondades gastronómicas, lo distribuyen y difunden por otros conventos, siendo los Jerónimos del Monasterio de Yuste las primeros en desecar el pimiento y utilizarlo como conservante. El pimiento para pimentón inicia su cultivo en marzo, en semilleros en los que permanece hasta mayo, en que se procede a su trasplante a terrenos preparados en terrazas. Los pimientos son de tres tipos: dulce, agridulce y picante. En octubre se procede a la recolección que se efectúa a mano, seleccionando los frutos en perfecto estado de maduración. Los pimientos se someten al proceso de secado tradicional de la Vera, en un hogar de leña de roble o encina, siendo volteados a mano hasta conseguir el punto idóneo de secado, que confiere al pimentón sus tres características esenciales: aroma, sabor y estabilidad de color. Posteriormente en las industrias transformadoras, se procede a la molienda en molinos de piedra hasta conseguir un polvo rojo, fino y uniforme de cuya óptima calidad y pureza responde la Denominación de Origen Pimentón de la Vera
Museo del Pimentón, información del periódico Hoy de Extremadura" Uno de los aspectos más llamativos del museo del pimentón es, desde luego, el discurso expositivo y pedagógico del que se sirve para explicar la historia de la llegada del pimiento a Europa, su posterior transformación en pimentón y el proceso de producción, que, al ser único, constituye el principal elemento diferenciador del pimentón de la Vera de los otros, el secado a humo. El recorrido del museo finaliza, precisamente, en la sala cuatro, en la que se ha recreado un secadero. Entre los elementos que componen el diorama se halla una pantalla plasma, en la que se pueden ver imágenes de cómo se trabaja en un secadero, en cuya filmación se hace hincapié en el componente humano.
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